Hotel Smiling Crab

Excelente vista, habitación limpia y muy bien ventilada. Lamentablemente el servicio no es muy bueno; me negaron 1 jarra de agua adicional, no me ayudaron a subir el equipaje y me cobraron 5% adicional por pagar con tarjeta.

Nunca olvidare el smiling crab.cuando era mas chiquita siempre hibamos a este hotel me encantaba todo la comida la piscina todo

Hotel con vista a la calle con vista al mar y acceso 150 m después de cruzar la calle Hermosa arquitectura de estilo griego pero muchos escalones para llegar a las habitaciones dobles. No apto para personas mayores o personas con movilidad reducida.
Servicio de restaurante caro y muy pobre. Desayuno limitado. Pan “fresco del día anterior” y tostada de pan viejo. Una pequeña porción de mantequilla y mermelada.
La playa es tranquila en cuanto a competencia de público ya que es el último hotel de Punta Sal pero el mar está bastante agitado.

¡ES AQUÍ! Hermoso hotel acogedor desde que pisas el 1er escalón de piedra. Las habitaciones son soñadas si es que te gusta el estilo rústico. Camas muy cómodas y la blanquería (sábanas, cobertores y toallas) con un blanco impecable. Baño completo y tienen agua caliente. Nos atendieron Fermina y Carlos, amables en todo momento y prestos a resolver siempre cualquier inconveniente que sugiere. La comida muy rica. Pedimos de todo. Además tienen servicio a la playa. Sinceramente hemos visitados muchos hoteles y hemos parado en este porque llegamos unos días antes a nuestra reservacion en el Decameron. Vamos a volver a Smiling Crab definitivamente con mucho más tiempo. Su ubicación frente al mar es privilegiada. Hay un poco de rocas que sinceramente no significan ningún peligro y que, por el contrario, embellecen muchísimo el paisaje. Las aguas de Punta Sal son sumamente cálidas lo que hace que puedas disfrutar de las playas hasta muy entrada la tarde sin sentir frío.
Ah! El wifi es excelente, dato no menor.
Mi familia está feliz. VOLVEREMOS!

I stayed here several years ago with my husband and daughter. The view and style of the hotel were breathtaking. At that time, the host (Fermina) was very welcoming and did her best to make us feel special.
However, this time the story was very different. Despite the price, the hotel hasn’t improved at all. Furniture looks worn out and dirty, in the room, restaurant and around the pool area. The pool was dirty when we arrived and they only cleaned it after I complained saying that the last days had been very busy. The stay included continental breakfast that in the menu was shown for 18 soles (very basic), and American breakfast for 20 soles. We asked if they could change the continental for American breakfast (which included scramble eggs) so we could pay the difference (2 soles extra pp) however they said that was not possible and instead they had to charge us 8 soles pp for the extra eggs. The room included only three big towels and soap. We noticed there were no floor mats or little towels, we asked and they confirmed they didn’t have little towels. Sadly my husband slipped on the wet floor but fortunately he fell on the old yellow WC seat, which broke in two. They luckily repaired it quickly. On the second day we heard noises of two men taking loudly late at night. The next afternoon we heard them burping and making funny noises and I was alarmed when I went to the window and saw a man sitting on his toilet seat just outside my daughters window. Reception said he was the guardian of the hotel!
The restaurant, unlike the last time we visited, was a place we tried to avoid as much as we could due to the high volume of the TV and the volume of the mobile phone of the kitchen personnel. I tried an apple pie (16 soles per piece) which probably has been the worst I’ve ever tasted in my life.
We had problems with the water towards the end. My daughter was about to shower and there was no water coming. Nobody was there to help, except Carlos, who luckily fixed the problem quickly. I want to make a special mention to Carlos, he assisted us from the beginning and was the only person who made us feel welcomed and comfortable, he was always busy working on something and we definitely appreciated his hard work. Also he was the only person available at the hotel most of the time.
We were the only guests and as our flight was only leaving later in the afternoon we asked if we could have a late check out and they accepted but charged us the ridiculous amount of 20 soles. This is nothing but it could have meant a lot if they could have offered it as a courtesy.
In summary, we didn’t feel the love. We felt the hotel has been forgotten and we definitely believe is not worth the money they charge for. I do not recommend it and please read the other reviews, for what they charge you can definitely find a better place to stay.

Excelente atención y muy buenas vibras. Recomiendo elegir un cuarto con vista al mar. Es muy bonito ver el sunset desde el hotel. Buena opción en Punta Sal

Smiling Crab es un hotel muy bonito! Cuando llegas resalta mucho a la vista toda la vegetación, tienen muchas floresy plantas por doquier.
Las habitaciones son simpaticas con un toque clásico. Hay varios niveles, puesto que el hotel descansa sobre una Loma, lo que le da a las habitaciones una magnífica vista de la playa, Cuenta con una piscina que en las noches se convierte en el mejor lugar para descansar el cuerpo.
Ideal durante todo el año, no te pierdes de ver los diferentes atardeceres de las cuatro estaciones. Está aún paso de la playa, ubicado al final del balneario de Punta Sal, cuenta con una bonita playa, ideal para caminar y disfrutar del panorama con tu pareja o amigos.
Tiene un buen y esmerado personal.
De igual manera la Dueña la Señora Patricia Teufer es una mujer encantadora y muy cordial.
Recomendable!

Me gustó la ubicación, al estar dentro de un balneario está alejado del ruido de los carros y la playa está a menos de 1 cuadra del hotel, el personal muy amable, buenas habitaciones y se puede disfrutar también de la piscina con una vista privilegiada al mar.
Buena experiencia.

Atención completamente deficiente, sin servicio de comida y dejando mucho que desear para lo que cuesta.

Es casi el último de los hoteles entonces no hay nada a más de 10 min en moto. El desayuno es MUY BÁSICO pan, mantequilla y mermelada. No atiende su restaurante. La dueña no es amable.

Un destino excelente cuando quieres tranquilidad, silencio, descanso, desconectarse del mundanal ruido. Este es el lugar perfecto. Atención de primera tanto en habitaciones como en restaurante. No olviden pedir la Atención de Franklin más conocido como Frank. El cheff está camino a la excelencia y la propietaria siempre atenta a contribuir para que sus huéspedes pasen unos días celestiales

Buena playa, habitaciones cómodas y ventiladas con excelente vista panorámica al mar. Recomendable.

En la habitación me cortaban la luz a cada momento, los precios de su carta eran demasiado caros. El desayuno era panes con mantequilla y mermelada, una taza de café y un jugo de papaya. Si querías huevos revueltos costaba 8 soles y la porción de dos jamones con dos lenguitas de queso 5.50, que horror!
Encima el hotel queda en el fin del mundo, demasiado lejos, no me gustó para nada!

El personal es muy amable y atento, están dispuestos a ayudarte ante cualquier necesidad. La suite tiene vista al mar, una bonita terraza y la habitación es muy amplia. Todo está muy limpio también.
Lo recomiendo! Volvería otra vez:)

No le doy 5 estrellas pese al excelente servicio y bonitas habitaciones rústicas, por que su Internet es re-malo.

Bonito lugar, tranquilo, acojedor pero tienen que mejorar los ambientes (colocar mallas para los insectos, bastante polillas, etc), colocar más toma corrientes y ventiladores. Lugar bueno para descansar y alejarse de la ciudad

El personal es muy atento y servicial, siempre están dispuestos a resolver tus dudas y ayudarte. La vista es súper linda.

Cuenta con agradable vista al mar. El lugar es super tranquilo y la atención es muy buena. Recomendable al 100%. El restaurante cuenta con estupenda carta elaborada con platos tradicionales de Perú. Elaborados con productos frescos. Me encantó.

Lindo lugar, estilo rústico cuidado, habitaciones amplias con TV, WiFi. Algunas con terrazas. Vistas increíbles al mar. Tiene un bar/restaurante donde tienen una variedad interesante de platos y bebidas. Son muy atentos y dispuestos a solucionar alguna necesidad. La dueña vive al frente y es muy cordial, siempre atenta. Hay reposeras en la playa y pequeños toldos construidos para tu protección. Si deseas te sirven cosas en la playa también. Muy recomendable

Yo me encuentro actualmente alojado en este hotel y no se como pueden opinar otras personas que aca hay buena atencion este lugar es pesimo tiene camas de cemento no hay segurudad la comida es mala yy me veo obligado a quedarme para no perder mi dinero ya que solucite se me haga la devolucion y me diijo la dueña que me podia ir pero que no me devolveria nada. Es bien prepotente pedi que me cambiaran las toallas y me dijo que se cambian cada dos dias.nunca pagen por adelantado las fotos engañan es un lugar que esta ubicado en la cola de punta sal bien alfondo hay bichos en el cuarto.