Punta del Mar

El hotel tiene un pésimo servicio en cuanto a limpieza se refiere. Una de las camas estaba llena de pulgas y contestaron que hacían limpieza interdiaria, a pesar de la evidencia de la suciedad que allí estaba.
La piscina era otro foco de suciedad.
Definitivamente no es un hotel que recomendaría.

Y con las plagas que estamos teniendo y tendremos, creería que este establecimiento no cumplirá los estándares, a juzgar por lo visto en un día común.

Estuve del 10 al 14 de junio. El hotel tiene una vista hermosa (lo único bueno), pero no vale absolutamente 300 soles x noche, 150 soles ya esta super bien pagado. La piscina estaba llena de insectos como mosquitos, grillos, hormigas, etc, la misma situación en la habitación, demasiados grillos y mosquitos, se entiende q el dengue esta a tope pero para el precio debieron tener un plan de desinfección o desinsectacikn o simplemente mayor limpieza de las áreas comunes. Un foco de la habitación no funcionaba, el jacuzzi tampoco a pesar q se le solicitó un gasfitero este jamas llegó. El día de mi cumpleaños pedimos una vela y ni tenían eso ni dieron un detalle por el día, cosa que no es su obligación pero es parte del buen trato al cliente. No recomendaría este hotel ya que el costo es muy elevado para lo q ofrece (pague 1200 soles y selina estaba en 1250), lo seleccionamos porque aparentaba ser un negocio personal y no una cadena. El desayuno continental austero y cobraron 5 soles por unos huevos revueltos. Nos recomendaron un mototaxista que dijo q cobraba 7 soles hasta el centro, le pagamos con 20 soles y de vuelto dio 5 soles aduciendo q 7 soles era el precio por la ida y vuelta. No lo recomiendo y no volvería a hospedarme ahí, le falta muchisima limpieza y mantenimiento.

Me encantó está hermosa visita ah mancora y en especial este hotel es de lujo, muy atentos y educados. Quisiera volver y comer un rico arroz con mariscos

Saludos amigos, estoy aquí para profundizar en mi experiencia con James y su propiedad en Máncora, Perú. Yo, junto con otra viajera, visitamos Punta del Mar el mes pasado. Y déjame decirte claramente que la propiedad en sí era divina y el personal femenino era encantador. De hecho, ¡todos los que estuvieron allí fueron geniales! Pero ya sabes quién no estaba allí, James, el propietario/operador, estaba en Australia. (Más sobre este dato en un momento.)

A mi amigo y a mí nos encantaron los jardines, aunque nos sorprendió que éramos los únicos huéspedes allí: era una "ciudad fantasma" inusual. Aún así, la mayoría del personal era amable y servicial. O eso pensábamos al principio. Entonces, las cosas se pusieron. Extrañas. Llegamos tarde, cansados ​​y hambrientos. Después de pedir algunas bebidas, optamos por una comida tardía, alrededor de las 8: 40 p.m. Hora local. Para nuestra sorpresa, mientras mordíamos nuestra comida y sorbíamos nuestras bebidas, ¡las luces se apagaron! Preguntamos, solo para que nos dijeran que es "política" que todas las luces se apaguen a las 9 p.m. En punto, según las órdenes de James. Nosotras, dos (2) viajeras, las únicas clientas de la propiedad y las únicas personas que comíamos, nos vimos obligadas a terminar una comida en la oscuridad cuando ya eran las 9 p.m. Lo más extraño aún es que nadie nos habló de la política de apagar las luces al pedir nuestra comida, apenas unos momentos antes. Sorprendidos, nos dijeron que nos comunicáramos con el propietario/operador, James, que vivía en el extranjero. Política, nos dijeron. Y cuando nos pidieron un alojamiento, simplemente iluminar el patio lo suficiente para completar nuestras comidas, nos dijeron que no.

Este extraño comportamiento de política que prevalece sobre el sentido común continuó durante nuestra estancia. Cuando comentábamos la plaga de hormigas que hacía guerra en todos los rincones de punta del mar nos dijeron que "es temporada de lluvias y no puedo controlar el clima". Sí, era verdad, era temporada de lluvias. Y nuevamente, sí, es cierto, nadie es responsable de la vida de los insectos, pero cuando hay una plaga de hormigas y los clientes simplemente te lo llaman la atención, la falta de empatía y cuidado es desalentadora. A pesar de nuestra decepción colectiva, hicimos todo lo posible por perseverar: simplemente disfrutar la experiencia tal como fue, sin ser demasiado dramática. Sin embargo, siguieron surgiendo momentos como estos; todos pequeños por derecho propio, pero el costo colectivo fue insoportable.

Entonces, ¿qué se hace en tal situación? Mientras intentábamos negociar con el personal local, estaba claro que James estaba a cargo, ¡y estaba en Australia! Entonces, ¡llama a Australia! Y lo hicimos, sólo para que alguien nos llamara repetidamente "Compañero" con voz muy arrastrada. Desearía poder atribuir esto a la diferencia horaria, pero lógicamente hablando, fue la probable intoxicación de James lo que empeoró las cosas. Sin disculparnos, sin dar explicaciones, ni siquiera tranquilizarnos un poco, nos dijeron repetidamente: "Lo siento, amigo, pero no estoy allí para cambiar el clima" o "Lo siento, amigo, esa es la política" o " Lo siento, amigo. " James, éramos dos (2) mujeres viajeras en Perú, ¡no tus compañeros, hombre!

Al final, tanto mi amigo viajero como yo reconocimos que no era justo para nosotros comentar o revisar nuestra experiencia ya que el propietario/operador no estaba presente (aparentemente intoxicado en otro continente), que los empleados simplemente estaban siguiendo la política (independientemente de de lo anticuado o situacionalmente inapropiado) y que la punta del mar estaba siendo operada bajo un 'régimen en la sombra'. No, no se iba a compartir ningún comentario - ninguna reseña, pública o privada. Estábamos preparados y residimos para que esta fuera sólo "una de esas experiencias". Pero eso no iba a ser. Por razones aún desconocidas, el propietario/operador de punta del mar esperaría hasta nuestro regreso a casa para renunciar públicamente a nuestra visita, para intentar humillar y etiquetarnos injustamente a mí y a mi compañero de viaje como "irrespetuosos". Lo siento James, pero no.

En resumen, este es un testimonio de una hermosa instalación con un personal atento, aunque asustado, y un propietario/operador distraído que simplemente ha disfrutado de demasiados. Mis mejores deseos y muchas felicidades para usted, señor.

Greetings folks, I'm here to do a deep dive into my experience with James and his property in Mancora, Peru. I, along with another female traveler visited punta del mar last month. And let me tell you straight, the property itself was divine and the female staff were lovely! In fact, everyone who was there was great! But you know who wasn't there, James, the owner/operator - he was in Australia. (More on this tidbit in a moment.)

My friend and I loved the grounds, although found it surprising that we were the only guests there - it was an unusual 'ghost town'. Still, most of the staff were friendly and accommodating. Or so we thought at first. Then, things got. Strange. We arrived late, tired and hungry. After ordering a few beverages, we opted for a late meal, around 8: 40pm local time. To our surprise, biting into our food and sipping our drinks, the lights turned off! We inquired, only to be told that it's 'policy' that all the lighting be shut down at 9pm sharp, as per James' orders. We, two (2) female travelers, the only patrons on the property and the only persons eating were forced to finish a meal in the darkness as the time had passed 9pm. Stanger still, no one told us of the lights-out policy when ordering our food, a mere few moments prior. Shocked, we were told to contact the owner/operator, James, who lived overseas. Policy, we were told. And when asked for an accommodation, simply light enough the patio to complete our meals, we were told no.

This bizarre behavior of policy trumping common sense continued for the duration of our stay. When we commented on the ant infestation that was waging war in every corner of the punta del mar we were told that, "It's rainy season and I cant control the weather" Yes, true, it was the rainy season. And again, yes, true, no one is responsible for insect life, but when you've an infestation of ants and patrons are simply bringing it to your attention, the lack of empathy and care is disheartening. Despite our collective disappointment, we tried our best to persevere - simply enjoy the experience for what it was, without being overly dramatic. Yet, moments like these continued to arise - all small in their own right, but the collective toll was unbearable.

So, what does one do in such a situation? While we tried to negotiate with the local staff, it was clear that James was in charge, and he was in Australia! So, call Australia! And we did, only to be repeatedly called, "Mate, " by someone in a very slurry voice. I wish I could attribute this to the time difference, but logically speaking, it was James' probable intoxication which made matters all the worse. Never apologizing, never explaining, not even being slightly reassuring, we were told, repeatedly, "Sorry, mate, but I ain't there to change the weather, " or, "Sorry, mate, that's the policy, " or, "Sorry, mate. " James, we were two (2) female travelers in Peru, not your mates, man!

Ultimately, both my travelling friend and I recognized that it wasn't fair for us to comment or review our experience as - the owner/operator wasn't present (ostensibly intoxicated on another continent), that the employees were simply following policy (regardless of how outdated, or situationally inappropriate) and that the punta del mar was being operated under a 'shadow regime'. No, no commentary was going to be shared - no review, public or private. We were prepared and resided to this being just 'one of those experiences'. But that was not to be. For reasons still unknown, the owner/operator of punta del mar would wait until our return home to publicly renounce our visit, to attempt to humiliate and unjustly label my traveling companion and myself as 'disrespectful'. Sorry James, but no.

In short, this is a testament to a beautiful facility with a caring, albeit scared staff, and a non-attentive owner/operator who has simply enjoyed one-too-many. Best wishes and many happy returns to you sir.

El hotel es bonito y su personal muy amable y atentos. Buena vista y muy limpio. La piscina me parece que tiene demasiado cloro. Por lo demás 10/10

He venido antes y el precio era super accesible en comparación de esta última visita, definitivamente entiendo la subida de precio, pero debe reflejarse también en el servicio, la cordialidad y claro también en las instalaciones. El precio no tenía concordancia con lo que ofrece el hotel, que va desde un desayuno continental austero y el cobro adicional por unos huevos revueltos que es excesivo, el patio de juegos estaba sucio y descuidado, los juguetes viejos y rotos y no había luz. El área de la piscina siempre fue su fuerte pero lastimosamente no se limpia a diario como debería ser y la limpieza de los cuartos es otra cosa, en cuanto a los detalles como las luces y focos quemados pues ni hablar. En conclusión, esta bastante descuidado este hotel en comparación de hace 4 o 5 años.

Buen lugar para hospedarse frente al mar con sus deliciosos platos que te ofrecen muy rica la comida y buena atención.

Tiene buena vista, acogedor el lugar, su comida es buena, una observación no cuenta con rampa para sillas o coches de bebes, sería excelente que implementarán eso

Lugar tranquilo y cómodo. Precio muy bueno. Piscina amplia en comparación de las demás de la zona y con área de hidromasajes.

Pésimo servicio, no funciona su terma y nunca solucionaron el problema. El aire acondicionado no sirve se encendía solo. 200 dólares 2 noches que no justifica. Desayuno pésimo también.

Fue nuestro primer viaje en familia con nuestro pequeño de 4 meses de nacido.

La Habitación era espaciosa y estaba bien aseada. La ubicación es muy buena y la vista increíble.

El hotel tiene una piscina y acceso al mar.

Volvería de todas maneras.

Bonito lugar, las habitaciones muy cómodas, sin lujo pero muy cómodas, todas con vista al mar.

El restaurante delicioso, solo fuimos a almorzar pero el hotel es lindo. Nos quedaremos ahi la proxima vez. El personal demasiado amable. Fueron lo maximo

Son atentos
Precio hotel y atencion personal buena
Su comida no es tan variada pero es buena y los precios tambien.
Solo deben mejorar en su aseo a los dormitorios

Tendría calificación perfecta si mejorarán en el servicio de alimentación, carta pobre en lo que refiere a vegetales y frutas, platillos incompletos, etc.

Las instalaciones son bonitas, la vista muy buena, acceso al mar. Mejorar en la limpieza y lo principal es el primer contacto con el personal del hotel mejorar en ese sentido.

Linda ubicación. Piscina. E instalaciones.
Desayuno muy simple, pobre. Y la limpieza y mantenimiento debería ser más prolija, telas de araña en habitación y mayoría de espacios comunes, piscina ningún día con mantención, agua turbia. Y no hay aire acondicionado, con suerte un ventilador de cielo, que hacía más ruido que ventilaba. Nos tocó habitación "frente al mar" pero solo veíamos la palmera.

Bonito y cómodo hotel. Está muy bien ubicado, justo al ingreso de la playa Las Pocitas. La atención fue muy buena, nos hicieron sentir como en casa. Las habitaciones tienen vista al mar y son cómodas, aunque hay algunos problemas con el internet en las habitaciones.

Falta de atención y diligencia, tiene un gran potencial, pero el servicio deja mucho que desear, pedimos varios platillos de la carta, pero están sobrevalorados para lo que son.